Clasificiación y características de las grasas y aceites lubricantes

| 16-05-2022

En Kripton contamos con una extensa gama de productos para el mantenimiento, el cuidado, la reparación o la restauración de las instalaciones industriales. En el caso de los lubricantes para la maquinaria, los productos pueden ser o bien grasas o bien aceites. Todos ellos sirven para lubricar, pero tienen características distintas. Veamos como son cada uno de ellos.

Las substancias lubricantes pueden ser líquidas, sólidas o semisólidas. En todos los casos su origen es mineral o vegetal (aunque también existen los lubricantes artificiales o sintéticos; pero eso es harina de otro costal). Esta clasificación responde a su composición o estado físico. Dado que la función de los lubricantes es reducir la fricción entre superficies en contacto, la relación entre las superficies que deben ser lubricadas y la composición o forma del producto lubricante es esencial. Nos dice la Wikipedia que “El lubricante cumple variadas funciones dentro de una máquina o motor; entre ellas, disuelve y transporta al filtro las partículas fruto de la combustión y el desgaste, distribuye la temperatura desde la parte inferior a la superior actuando como un refrigerante, evita la corrosión por óxido en las partes del motor o máquina, evita la condensación de vapor de agua y sella actuando como una junta determinados componentes”. En fin, muchas funciones. Por eso es tan importante este concepto que en Kripton conocemos tan bien: la especialización. El uso de grasas o de aceites depende, por tanto de muchos factores como la temperatura, las fuerzas y cargas, la velocidad, el ambiente, los tiempos, etc.

Grasas lubricantes

El primer lubricante mecánico fue el sebo, que no es otra cosa que una grasa. Ya se utilizaba en el Segundo Milenio a.C. para las ruedas de carro y las poleas. La principal diferencia de las grasas con los aceites es su estado. Dentro de la clasificación general, las grasas corresponderían a los lubricantes semisólidos. A temperatura ambiente, las grasas son mucho más espesas y viscosas que los aceites, y son capaces de mantener su forma durante más tiempo. Es importante que las grasas formen una película alrededor de las superficies lubricadas para que la fricción entre ellas sea muy baja.



Por sus características, las grasas suelen usarse en equipos y maquinaria más sencillos y bastos, sometidos a presiones y condiciones menos extremas, si bien es verdad que existen muchas grasas especializadas que se salen de esta norma. Es habitual usar las grasas para la lubricación de levas, guías, cojinetes, correas, transmisiones y piñones y sistemas abiertos.

Aceites lubricantes

Los aceites son lubricantes líquidos. Antes de la utilización del petróleo como base para aceites lubricantes, estos eran exclusivamente de origen vegetal o animal. Pero presentaban algunos problemas como que se descomponían con el calor y creaban gomas con el frío. Los aceites derivados del petróleo (que se conocen como “aceites minerales”) se empezaron a utilizar en combinación con los aceites vegetales y animales para subsanar estos errores. Actualmente, la mayoría de aceites son de base mineral y están cargados con aditivos químicos que les ayudan a mejoras su reacción a distintos materiales, entornos, condiciones de trabajo, etc.



Los aceites se usan sobre todo en sistemas cerrados como motores y compresores, mecanismos de transferencia, transformadores, reductores motores y mecánicos o como fluidos mecánicos. Sin embargo, también podrían funcionar en sistemas que se lubrican con aceite pero que, por sus condiciones, demandan un lubricante más resistente o especializado.

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